Es el conjunto de valores, creencias, normas, comportamientos y prácticas compartidos por los miembros de esa organización. Es la “personalidad” de la empresa y define la forma en que se realizan las tareas, se toman decisiones y, se interactúa dentro del entorno laboral. 

La cultura organizacional puede ser influenciada por diversos factores, como la historia de la empresa, sus fundadores, su misión y visón, así como por las actitudes y comportamientos de los empleados. También puede estar influenciada por factores externos, como el entorno cultural y social en el que opera la empresa. 

La cultura organizacional puede manifestarse de diferentes maneras, como a través de la comunicación interna, las políticas y procedimientos, las prácticas de contratación, la forma en que se reconoce y recompensa a los empleados y, la relación entre los diferentes niveles jerárquicos. 

La cultura organizacional sirve para varios propósitos dentro de la empresa, los cuales, mencionaremos a continuación: 

  1. Identidad y cohesión: la cultura organizacional define la identidad de la empresa y lo que la distingue de otras organizaciones. Ayuda a crear un sentido de pertenencia y cohesión entre los empleados, ya que, comparten valores y creencias comunes. 
  2. Orientación y alineación: esta proporciona una guía para los empleados sobre cómo deben comportarse y tomar decisiones en el entorno laboral. Ayuda a establecer expectativas claras y a alinear las acciones de los individuos con los objetivos y valores de la empresa. 
  3. Comportamiento y toma de decisiones: tiene una influencia en el comportamiento de los empleados y en cómo toman decisiones en su trabajo diario. Puede fomentar la colaboración, la innovación, el trabajo en equipo, la toma de riesgos o cualquier otro valor que se promueva en la organización. 
  4. Atracción y retención de talento: una cultura organizacional positiva y sólida puede ser un factor atractivo para los empleados potenciales. Las personas suelen buscar organizaciones con valores y culturas que se alineen con los suyos. Además, una cultura positiva puede contribuir a la retención de talento, ya que los empleados se sienten más comprometidos y satisfechos en un ambiente de trabajo favorable.
  5. Adaptabilidad y resiliencia: la cultura organizacional también puede influir en la capacidad de una empresa para adaptarse y enfrentar cambios y desafíos. Una cultura flexible y abierta al cambio puede promover la innovación y la adaptación a nuevas circunstancias, lo que es especialmente relevante en un entorno empresarial en constante evolución. 

 Desarrollar cultura organizacional en una empresa requiere de un enfoque deliberado y continuo. Te brindaremos unas recomendaciones para fomentar y fortalecer la cultura de tu empresa: 

  1. Definir los valores y la visión: identifica los valores fundamentales que deseas promover en tu empresa. Estos valores deben ser auténticos y reflejar lo que quieres en tu empresa represente. Además, establece una visión clara que defina la dirección a largo plazo de la organización. 
  2. Comunicar y socializar los valores: una vez que hayas definido los valores y la visión, es fundamental comunicarlos de manera clara y constante a todos los miembros de la empresa. Utiliza diferentes canales de comunicación, como reuniones, boletines, correos electrónicos o redes sociales internas, para compartir los valores y explicar por qué son importantes. 
  3. Ejemplificar los valores: los líderes de la empresa deben ser modelos para seguir en la incorporación de los valores en su propio comportamiento. Los empleados seguirán el ejemplo de los líderes, por lo que es esencial que los directivos y gerentes demuestren y vivan los valores en su trabajo diario. 
  4. Establecer políticas y prácticas coherentes: alinea las políticas y prácticas de la empresa con los valores que deseas promover. Esto incluye aspectos como los procesos de contratación, las evaluaciones de desempeño, los programas de capacitación y desarrollo y, las políticas de reconocimiento y recompensa. 

Asegúrate de que todas las políticas y prácticas refuercen los valores y ayudan a construir la cultura deseada. 

  • Fomentar la participación y retroalimentación: involucra a los empleados en la construcción de la cultura organizacional. Anima a todos a participar en la toma de decisiones, ofrecer ideas y comentarios y, contribuir al desarrollo de la cultura. Esto puede lograrse a través de encuestas de clima laboral, grupos de enfoque, reuniones abiertas o programas de sugerencias. 
  • Celebrar y reconocer los logros: reconoce y celebra los éxitos y logras que reflejen los valores de la empresa. Destaca ejemplos de empleados que encarnen la cultura y premia sus contribuciones. Esto refuerza los comportamientos deseados y refuerza la importancia de la cultura organizacional. 
  • Evaluar y adaptar: realiza evaluaciones periódicas de la cultura organizacional para medir el progreso y detectar áreas de mejora. Si es necesario, realiza ajustes en las políticas, prácticas o comunicaciones para seguir desarrollando y fortaleciendo la cultura. 

Recuerda que el desarrollo de la cultura organizacional es un proceso continuo que requiere del compromiso de todos los miembros de la empresa. Es importante que todos entiendan la importancia de la cultura y trabajen juntos para construirla y mantenerla a lo largo del tiempo. 

Si una empresa no tiene la cultura organizacional clara o bien definida, puede enfrentar diversos desafíos y consecuencias negativas. Aquí hay algunas posibles implicaciones de no tener una cultura organizacional: 

  1. Falta de dirección y alineación: sin una cultura organizacional sólida, puede haber una falta de dirección clara y alineación en la empresa. Los empleados pueden tener dificultades para comprender los valores, las normas y los objetivos de la organización, lo que puede llevar a una falta de cohesión y desorientación en el trabajo diario. 
  2. Desmotivación y falta de compromiso: en ausencias de una cultura clara, los empleados pueden sentirse desconectados y desmotivados, lo que puede afectar negativamente su rendimiento y su sentido de pertenencia a la empresa. 
  3. Conflicto y falta de colaboración: sin una cultura bien establecida, pueden surgir conflictos y divisiones entre los empleados, lo que puede afectar negativamente la productividad y el ambiente de trabajo. 
  4. Dificultades en la contratación y retención de talento: si una empresa carece de una cultura clara, puede tener dificultades para atraer y retener a los mejores talentos, lo que puede afectar tu capacidad para crecer y tener éxito a largo plazo. 

Tener una cultura organizacional sólida es de suma importancia por que proporciona una identidad clara, orienta el comportamiento, fomenta la motivación y el compromiso de los empleados, impulsa la productividad y el desempeño, atrae y retiene talento y fortalece la adaptabilidad y resiliencia de la empresa en un entorno empresarial en constante cambio.