Hoy en día, los bots están en todas partes; desde asistentes virtuales que contestan nuestras preguntas en sitios web, hasta sofisticados algoritmos que manejan grandes volúmenes de datos en empresas. A menudo se nos presentan como soluciones infalibles y autónomas, capaces de gestionar tareas complejas sin apenas intervención humana. Sin embargo, la realidad no es tan simple. Aunque los bots son herramientas poderosas, su efectividad y éxito dependen de varios factores, y uno de los más importantes es la interacción humana.