Uno de los errores más comunes al comenzar un emprendimiento es confundir los ingresos con las ganancias.
Esta confusión puede llevar a malas decisiones financieras, desorden administrativo e incluso a creer que un negocio es rentable cuando en realidad no lo es.
Muchos emprendedores piensan que mientras más venden, mejor les va.
Y aunque tener buenas ventas es una buena señal, no siempre significa que el negocio esté generando dinero real.

Es por eso que en esta entrada de blog, te explicamos de forma sencilla cuál es la diferencia entre estos dos conceptos clave, por qué es tan importante tenerlo claro y cómo afecta directamente al futuro de tu negocio.