Pareciera ser un tema sencillo para algunos emprendedores comenzar con un negocio siempre que se tenga el capital necesario para empezar operaciones, sin embargo, la evidencia muestra que lo verdaderamente complicado es posicionar a la marca y sobre todo mantenerla. Ya que la mayoría de las microempresas, cierran antes de cumplir dos años de operación, debido a los temas, legales, financieros y sobre todo fiscales, por el desconocimiento que se tiene de ellos.  

Por lo que, resulta necesario contar con previa preparación en contabilidad o bien, tener la asesoría necesaria en el tema, para lograr que la empresa se sostenga y sea redituable. Aquí te presentamos algunos puntos importantes a considerar para tener una contabilidad sana en un negocio.  

1. Lo primero que se debe tener claro es a donde se planea llegar. Es decir, definir las metas, no se puede trazar un camino sin saber a donde se llegará. Por lo que, pensar en objetivos a corto, mediano y largo plazo es la forma correcta de empezar con un plan.  

2.  Registra todos tus movimientos financieros, ya sean gastos o ingresos, todo lo referente al tema de dinero debe quedar registrado, no importando si fue una transacción hecha con efectivo, es importante tener constancia de ellos mediante tickets o facturas. Ayudará a que se lleve un registro en tiempo real de la contabilidad y facilitará las declaraciones ante hacienda e incluso servirá como evidencia para demostrar la autenticidad de los registros que lleves.  

3. Llevar un orden cronológico mediante alguna plataforma contable en donde se tenga un control de todos los registros del punto anterior. Lo más recomendable es tener un archivo de movimientos diarios en donde se actualicen todas las facturas y tickets que se reciban o se entreguen y otro con resultados periódicos ya sean mensuales, bimestrales, semestrales, etc. De esta manera, se tendrá a la mano en todo momento cualquier documento que se requiera.  

4. La regla de oro para cualquier empresa es no gastar más de lo que se gana. Es mejor idea tener ingresos constantes y quizá no tan grandes, que enormes deudas que no se puedan solventar.  

5. Separar todos los diferentes tipos de gastos que se tengan, por ejemplo:  

  • De transporte.  
  • Oficina  
  • Insumos para la operación, etc.  

Poniendo en primer lugar las obligaciones fiscales y con los empleados. Ya que tener al corriente las declaraciones con hacienda evitará futuras multas que incluso lleven a cerrar el negocio y si se mantiene a los colaboradores estables trabajando para la empresa; al cabo de un tiempo, se verá reflejado en mejores resultados financieros.  

Para demás gastos, la mejor opción sería mantener una política austera en el sentido de intentar ahorrar lo más posible en cosas como luz, insumos, encontrar ofertas en equipo etc.  

La gran alianza que toda empresa debe formar es con un servicio de contabilidad, ya que contar con la presencia de alguien profesional que pueda revisar las cuentas, ayudar a pagar menos impuestos, optimizar los recursos para que se puedan utilizar mejor y den más utilidad o simplemente asesorar sobre temas de actualización fiscal, sin duda, termina siendo otra buena inversión que traerá mejores resultados para el negocio.